
Si asumimos como moralmente rigurosa la presunción de fluidez y dinamismo para todas las formas, en perpetua tensión entre el agarre y la caída, el crecimiento y las manos hundidas en el suelo, la obligación se extenderá a la forma de los homólogos contemporáneos del alma. Conocer su comportamiento pasa por preguntarnos qué la disloca, qué la hace vibrar, huir o expandirse, y atender a su abanico de movimientos.
Las obras de Júlia Cantó Oliver, David Fontanillo, Juan Viedma y Cristina del Águila constituyen un paisaje expansivo de fórmulas de exploración de aquellos momentos determinantes, como el trauma, la conmoción y el recuerdo primordial, que despiertan, movilizan la psique y la fuerzan a posicionarse para el resto de su estancia en el mundo.
Hasta el 9 de diciembre de 2021
De 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 en la Sala de Exposiciones de la Facultad de Bellas Artes